La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una primera encuesta indicativa sobre los efectos de la COVID-19 en los sistemas de salud basada en la información proporcionada por 105 países. Los datos recopilados en cinco regiones durante el período comprendido entre marzo y junio de 2020 evidencian que casi todos los países (90%) sufrieron interrupciones en sus servicios de salud y que los países de ingresos bajos y medios fueron los que experimentaron las mayores dificultades. La mayoría de los países comunicaron que se habían suspendido muchos servicios rutinarios y optativos, mientras que en los países de ingresos bajos los servicios críticos —como la detección y el tratamiento del cáncer y el tratamiento contra el VIH— habían sufrido interrupciones de alto riesgo.

«El estudio arroja luz sobre las deficiencias de nuestros sistemas de salud, pero también sirve para fundamentar nuevas estrategias con las que mejorar la prestación de atención de la salud durante la pandemia y después de ella,» dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «La COVID-19 debería enseñar a todos los países que la salud no consiste en elegir entre una cosa u otra. Debemos prepararnos mejor para las emergencias pero también seguir invirtiendo en sistemas de salud que respondan plenamente a las necesidades de las personas a lo largo de toda la vida.»

Ya en el mes de agosto, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) manifiestó su preocupación por la reactivación de la COVID-19 en España en estas últimas semanas. La corproación sigue insistiendo en este mensaje para evitar que la situación se descontrole, y para ello la sociedad española y sus instituciones deben desarrollar una clara estrategia de persuasión, de acción, movilización de recursos, y de vigilancia y exigencia en el cumplimiento de las regulaciones. Sólo así podremos detener los comportamientos temerarios, el relajamiento silente pero generalizado de la distancia física, la protección y la higiene, los brotes por condiciones laborales y de alojamiento prevenibles, y la expansión imputable a la lentitud de identificación de casos y rastreo de contactos por parte de las propias autoridades sanitarias.   

Los médicos y demás profesionales y trabajadores sanitarios agradecen los aplausos y el afecto de la población; pero la sociedad española debe saber que cunde la decepción y el desaliento, y en ocasiones indignación por algunas conductas irresponsables y posiblemente delictivas que observamos a nuestro alrededor.

Mantenemos viva la memoria de nuestros 61 compañeros y compañeras fallecidos víctimas de esta pandemia, así como los miles de contagiados y los cientos que aún luchan contra las secuelas derivadas del virus SARS-CoV-2. La capacidad física y emocional de los médicos se encuentra en situación de agotamiento.

El Foro de la Profesión Médica ante las manifestaciones efectuadas por los denominados movimientos negacionistas del Coronavirus, entre los que se encuentran algunos profesionales médicos, que cuestionan la existencia de la COVID-19 y se oponen a las medidas adoptadas por las autoridades sanitarias como el uso de mascarillas, la cuarentena y la distancia física, quiere hacer público el siguiente comunicado.

1. En un contexto de pandemia como el que nos encontramos, estas actuaciones pueden generar una importante alarma social y pueden alentar de manera irresponsable a la desobediencia civil, además de ser contrarias a la evidencia científica existente.

2. Las manifestaciones de estos médicos negacionistas pueden suponer un grave peligro para la salud pública, pudiendo violar las normas deontológicas de la profesión médica y por tanto ser susceptibles de la apertura del correspondiente expediente disciplinario.

El Observatorio de la Prescripción de la Organización Médica Colegial (OMC) ha emitido un informe en relación al uso de productos de dióxido de cloro para el tratamiento de la COVID-19, en el que se concluye que estos no son seguros ni eficaces para ningún uso, incluyendo el tratamiento por coronavirus.

Ante las declaraciones realizadas en las últimas fechas por médicos que componen el COMUSAV (Coalición Mundial de Salud y Vida) en las que aseguran que el dióxido de cloro acaba con el coronavirus, el Observatorio de la Prescripción de la Organización Médica Colegial ha procedido a la elaboración de un informe a fin de valorar estas afirmaciones.

En dicho documento se pone de manifiesto que el compuesto de dióxido de cloro (MMS) pone en peligro la salud del paciente en las dosis y métodos mencionados, por lo que se desaconseja su uso en tratamientos con el fin de tratar y eliminar la COVID-19.

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