Los doctores Salvador Márquez, Gemma Ramírez y M.ª Teresa Camps colgaron su bata hace años, pero no su vocación de ser médicos. Ellos tres forman parte de los 25 médicos jubilados voluntarios de Málaga, que, durante la pandemia de Covid-19, han realizado labores de rastreo de casos y atendido a pacientes en el servicio ‘Salud Responde” por teléfono. “Ayudar en situaciones críticas va unido con ser médico, algo que nunca se deja de ser”, aseguran.

“Médicos y Pacientes” entrevista a estos tres doctores colegiados en Málaga, cuyo Colegio de Médicos organizó una bolsa de médicos jubilados voluntarios y la puso a disposición del Servicio Andaluz de Salud (SAS), y en la que han demostrado la vocación y el compromiso inquebrantable de una profesión que llevan en el ADN incluso después de jubilarse.

Dra. Gemma Ramírez: “Volver a trabajar con mis compañeros ha sido como volver a la juventud y a nuestros inicios en la carrera”

La Dra. Gemma Ramírez, especialista en Hematología, ejercía en el Hospital Clínico de Málaga y en el Quirón Salud en Málaga hasta que se jubiló de la medicina pública hace 6 años y de la privada hace unos meses, aunque colabora en el Servicio con protocolos o ensayos.

En dicho estudio, vinculado al Registro SEMI-COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), se incluyeron datos de 4.393 pacientes, de los cuales 419 eran profesionales sanitarios y 3.974 trabajadores no sanitarios.

Un estudio de cohorte observacional basado en datos del Registro SEMI-COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) ha analizado de forma comparativa el pronóstico y riesgo de muerte de los trabajadores sanitarios (HCW) y no sanitarios (NHCW) hospitalizados en España por COVID-19 con el objetivo de determinar si los primeros (HCW) tenían un peor pronóstico o mayor riesgo de muerte que lo segundos (NHCW) y si trabajar en el ámbito de la salud implicaba o no tasas más altas de complicaciones y mortalidad en COVID-19. En España, el 20,4% de los casos confirmados de COVID-19 se produjo en profesionales sanitarios.
 
Los resultados de dicho estudio, que firman 25 médicos internistas en un artículo científico que acaba de publicar la Revista Científica PLOS ONE bajo el título “Healthcare workers hospitalized due to COVID-19 have no higher risk of death than general population. Data from the Spanish SEMI-COVID-19 Registry”, sugieren que “la exposición profesional a la COVID-19 en profesionales sanitarios no conlleva más gravedad clínica ni mortalidad”. Además también revelan que los trabajadores sanitarios hospitalizados en contexto de infección por SARS-CoV-2 presentaban “menos comorbilidades, síntomas más leves y un mejor pronóstico” que los trabajadores no sanitarios.

El Consejo General de Colegios Ofíciales de Médicos (CGCOM) y la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED) han realizado un comunicado referente al estudio científico iniciado el pasado mes de noviembre sobre los efectos de las mascarillas faciales en la capacidad de ejercicio aeróbico.

El estudio se está realizando en piragüistas utilizando un kayak-ergómetro realizando cada uno de ellos dos pruebas de esfuerzo máximas (hasta el agotamiento con comprobación de parámetros objetivos) una con mascarilla quirúrgica y otra sin mascarilla.
 
Los datos preliminares indican que el uso de mascarilla quirúrgica no parece afectar de forma significativa a la capacidad máxima de esfuerzo. Aunque, según estos datos preliminares, en el deporte de alta competición podría haber aspectos que comprometieran el rendimiento a altas intensidades (aún están en estudio), no existe hasta el momento causa objetivable que impida la realización de deporte aficionado o de iniciación con mascarilla quirúrgica.

Los niños que presenten alguna patología "de especial riesgo" para la COVID-19, pueden no ir a clase si así lo deciden sus padres.

El Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Educación y FP recomiendan que la ventilación natural, esto es, la apertura de puertas y ventanas, en los centros educativos, para evitar así la transmisión del SARS-CoV-2, se haga ahora "de forma permanente".
 
Este es uno de los cambios que han introducido ambos ministerios en el documento sobre 'Medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a COVID-19 para centros educativos en el curso 2020-2021', cuya última actualización databa del 17 de septiembre del año pasado.
 
El documento de septiembre recogía que se debía ventilar "con frecuencia" las instalaciones del centro educativo durante, al menos, unos 10-15 minutos al inicio y al final de la jornada, durante el recreo y, siempre que sea posible, entre clases, "manteniéndose las ventanas abiertas todo el tiempo que sea posible y con las medidas de prevención de accidentes necesarias".

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