El 14 de febrero se celebra el día europeo de la salud sexual, cuyo fin es concienciar a las mujeres y a los hombres acerca de la importancia de adquirir hábitos sexuales saludables.

La Organización Mundial de la Salud define la salud sexual como "un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es meramente la ausencia de enfermedad, disfunción o debilidad. La salud sexual requiere un acercamiento positivo y respetuoso hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de obtener placer y experiencias sexuales seguras, libres de coerción, discriminación y violencia. Para que la salud sexual se logre y se mantenga los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y cumplidos" (OMS, 2002).
 
Entre los objetivos más importantes, tanto para la OMS como para España, están la planificación familiar y la respuesta del sector sanitario frente a las infecciones de transmisión sexual (ITS). El Ministerio de Sanidad actualizó su Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva en 2019, y en ella se destacan estos cuatro aspectos: la promoción de la salud sexual, la atención sanitaria, la formación de profesionales y la innovación, investigación y buenas prácticas. La Atención Primaria se presenta como uno de los pilares esenciales para que los objetivos de este plan se cumplan.

Marita Frau, ginecóloga y experta en sexualidad, destaca la importancia de la educación en la salud sexual desde los colegios, que considera un elemento fundamental que “se puede explicar la sexualidad desde edades muy tempranas, adaptada a la edad de los alumnos”. Considera también que es elemental “inculcar el respeto entre las personas en todos los aspectos relacionados con la sexualidad", además de "realizar un trabajo muy importante en cuanto a métodos anticonceptivos e infecciones de transmisión sexual”. Además, explica que a nivel de población en general “son muy necesarios los talleres de sexualidad, accesibles también a las personas adultas”. En definitiva, que la información y la educación en este ámbito estén al alcance de todas las personas y se fomente el conocimiento en este campo para lograr una mejor salud sexual.  
 
Respecto al primero, los resultados de las estrategias, planes y campañas nacionales e internacionales demuestran que la forma para lograrlo es a través de la educación y la prevención en todos los aspectos relacionados con la salud sexual: la información y la educación, el acceso a los servicios sanitarios, las relaciones de igualdad o la eliminación de cualquier tipo de discriminación, …
 
Se estima que cada día más de un millón de personas contrae una ITS en el mundo. En España el diagnóstico de las ITS sigue una tendencia al alza (aunque ha sufrido un importante descenso durante la pandemia), y, de acuerdo con los datos del Ministerio de Sanidad, el grupo de población más vulnerable la forman los hombres menores de 35 años. M. Frau expone que hay “dos picos de edad en los que suben mucho las ITS: entre gente joven y a partir de los cincuenta años”. Los primeros, debido a que en la actualidad los jóvenes tienen un mayor número de parejas sexuales, lo cual incrementa los contagios entre las personas; y los segundos, por la aparición de las nuevas parejas. M. Frau considera que para combatir esta tendencia es esencial “insistir en el uso del preservativo fuera de una pareja estable y en la vacunación contra el VPH tanto en mujeres como en hombres”.
 
En la Guía de Buena Práctica Clínica en Infecciones de Transmisión Sexual del CGCOM se expone que “las ITS generan una gran carga de morbilidad” por las complicaciones que pueden producir y porque constituyen uno de los principales factores de riesgo para la infección por VIH. Además, se destaca el papel de la AP tanto por su actividad asistencial, preventiva y de educación como por su intervención en la búsqueda activa de casos entre los contactos sexuales de los pacientes.

FUENTE: medicosypacientes.com