El Tribunal de Cuentas ha recomendado al Ministerio de Sanidad una mayor coordinación con los gobiernos autonómicos para subsanar las deficiencias que, en su informe de fiscalización, ha detectado en cuanto a información sobre controles sanitarios del agua, tanto para consumo como para baño

El órgano fiscalizador realiza esta propuesta en el informe que el Pleno del Tribunal de Cuentas ha aprobado y que tiene como objetivo analizar los sistemas y procedimientos aplicados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales, Consumo y Bienestar Social, para el control sanitario de la calidad del agua y que corresponde al Ejercicio de 2017.

Según relata, para este trabajo han revisado, entre otros extremos, la disponibilidad y fiabilidad de los sistemas de información empleados por el Ministerio para controlar los riesgos potenciales que pueden afectar a la calidad sanitaria del agua (concretamente, el Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo, SINAC, el Sistema de Información Nacional de Aguas de Baño, Náyade, y el Sistema de Información de Piscinas, Siloé).

La contaminación puede provocar una reducción en la capacidad cognitiva, en las habilidades intelectuales y en la memoria y, además, podría influir al menos en parte, en la aparición de enfermedades neurológicas, según ha señalado el vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Pablo Eguia del Río, apoyándose en estudios recientes

De hecho, tal y como sugiere un reciente estudio impulsado por la Universidad de Yale (Estados Unidos) y la Universidad Normal de Pekín (China), después de tres años de alta exposición a contaminantes, las personas que participaron en la investigación "tenían un rendimiento cognitivo similar al que supone perder un año de escolaridad", detalla Eguia.

Además, también han sido "varias las investigaciones", según el vocal de la SEN, que muestran que una exposición prolongada a la contaminación atmosférica está asociada con estrés oxidativo, neuroinflamación y al envejecimiento prematuro del sistema nervioso central.

La Fundación Fontilles, entidad española de lucha contra la lepra, advierte del aumento de recaídas y de una “disminución artificial” de casos de la enfermedad a nivel mundial

La enfermedad de la lepra registró 208.619 nuevos casos en el mundo en 2018, último año del que existe información. La cifra supone un 1,2% menos que los comunicados por los estados a la Organización Mundial de la Salud en 2017 y está muy por debajo de los 400.000 que preveían para dicho año las proyecciones elaboradas en 2004 para la OMS.

Un 79,6% de los casos han sido detectados en India, Brasil e Indonesia y los reportes han avanzado en cuatro de las seis regiones en que se estructura la OMS: Mediterráneo Oriental, América, Pacífico Occidental y Europa.

La reducción global del 1,2% es consecuencia del descenso del 1,1% registrado en África y, sobre todo, de la disminución del 3,3% en la región del Sudeste Asiático. A su vez, dicha reducción es atribuible a la disminución en los reportes de India, que en 2018 informó de la aparición de 120.334 nuevos casos, casi seis mil casos menos que en 2017.

La epidemia de gripe se intensifica en toda España al duplicarse el número de casos, que ha pasado de los 105 por cada 100.000 habitantes a 203 en la última semana, según el último informe semanal del Sistema de Vigilancia de la Gripe en España del Instituto de Salud Carlos III publicado a finales de semana.

Según el informe, por grupos de edad, se observa un ascenso de las tasas de incidencia en todos ellos, siendo significativo en todos los grupos de edad excepto en los mayores de 64 años.
 
En cuanto a la hospitalización, desde el inicio de la temporada, se han notificado casos hospitalizados con gripe en 16 comunidades autónomas. La tasa acumulada de hospitalización de pacientes con gripe confirmada es de 9,3 casos/100.000 habitantes. La mayor proporción de casos se registra en los grupos de 64 años (38%), seguida del grupo de 15 a 64 años (36%). En el 85% de los pacientes se aisló el virus A, en el 14% el virus B y en el 1% el virus C.