Un total de 262.373 personas fallecieron en España entre enero y junio de 2020 coincidiendo con la primera ola de la pandemia de la Covid-19, un 19,6% más que en el mismo periodo del año anterior (43.023 personas más). Se trata de la mayor cifra registrada en un primer semestre desde que comenzó la serie histórica, en 1941, según datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Según el estudio 'Estadísticas del Movimiento Natural de la Población' del INE, publicado este martes 26 de enero de 2021, este incremento se ha debido, principalmente, al efecto de la pandemia de la Covid-19 desde el mes de marzo.

Desde 1941, nunca se había dado una cifra tan elevada de fallecimientos en el primer semestre del año. Teniendo en cuenta los últimos siete años, en 2013 fueron 200.491 defunciones; en 2014, 204.464; en 2015, 226.190; en 2016, 210.300; en 2017, 221.700; en 2018, 227.786; y en 2019, 219.350.

Por otro lado, en el primer semestre de 2020 se registraron 168.047 nacimientos, un 4,2% menos que en el mismo periodo del año anterior, continuando así con la tendencia a la baja de los últimos años, sólo interrumpida en 2014, cuando alcanzaron los 208.375.

En la Orden, publicada en el Bocyl el 26 de enero de 2020, también se ofertan las vacantes correspondientes

El Bocyl de 26 de enero de 2020 publica la ORDEN SAN/51/2021, de 12 de enero, por la que, en ejecución de la sentencia n.º 146/2019 dictada por la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León en Valladolid en el P.O. n.º 565/2017, se aprueba la relación de aspirantes que han superado el proceso selectivo para el acceso a la condición de personal estatutario fijo en plazas de la categoría de Licenciado Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del Servicio de Salud de Castilla y León y se ofertan las vacantes correspondientes.

En ejecución de sentencia de 11 de febrero de 2019, el tribunal calificador ha dictado la Resolución de 4 de diciembre de 2020, por la que aprueba una nueva relación de aspirantes que han superado el ejercicio de la fase de oposición.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, dejará hoy el Ministerio para centrarse en la campaña electoral de las elecciones catalanas y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dará a conocer su sustituto, según ha informado Moncloa.

El titular de Sanidad continuará en su cargo hasta la celebración del Consejo de Ministros, que será el último al que acuda antes de que Sánchez desvele el nombre de su relevo. Un día después, el miércoles, tendrá lugar en el Palacio de la Zarzuela la toma de posesión ante al Rey del nuevo titular del departamento.
 
Ya el pasado mes de diciembre, cuando se dio a conocer que Illa sería el candidato de los socialistas catalanas, el Gobierno barajaba la posibilidad de que fuera la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, la que le sustituyese.
 
Además, el presidente valoraría que fuera el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, quien sustituya a Darias al frente del Ministerio de Política Territorial y Función Pública; un puesto que quedaría vacante tras la marcha de la ministra y para el que el líder del PSC ya sonó con anterioridad.

Los conflictos armados son cada vez más complejos y prolongados, y constituyen una amenaza creciente para el acceso humanitario y la prestación de servicios de salud esenciales, que afectaron al menos a 630 millones de mujeres y niños, más del 8% de la población mundial, en 2017, según un nuevo informe dirigido por co-investigadores académicos y socios afiliados al Consorcio BRANCH.

Este informe, que expone los efectos de largo alcance de la guerra moderna en la salud de mujeres y niños, el es primero de cuatro que forman una serie que está siendo reproducida en 'The Lancet', y que sintetiza la evidencia existente con nuevos modelos y conocimientos de una variedad de socios de investigación locales, agencias humanitarias, y organizaciones de la sociedad civil.

Los autores destacan el fracaso de la comunidad global para priorizar la salud de las mujeres y los niños en áreas de conflicto, y piden un compromiso internacional de los actores humanitarios y donantes para enfrentar los desafíos políticos y de seguridad, junto con el consenso sobre un marco para identificar intervenciones de alta prioridad y llegar a las mujeres y los niños más vulnerables con la mejor atención posible.