La UEMO ha publicado una declaración a propósito de la Declaración sobre COVID-19 adoptada en la Asamblea General del 11 al 12 de junio de 2020 sobre la necesidad de proteger al personal médico involucrado en la lucha contra la pandemia, así como a los grupos de población en desventaja socioeconómica. Un año después, consideran que se han llevado a cabo muy pocas medidas para reconocer y recompensar el trabajo de los profesionales médicos, sin embargo, una excepción es el reconocimiento de COVID-19 como una enfermedad profesional.

La Unión Europea de Médicos de Familia (UEMO), declara que la pandemia de COVID-19 está causando impactos significativos y daños a la salud pública, las tasas de muerte prematura y la actividad económica tanto de los estados miembros como entre ellos.
 
Las consecuencias de estos impactos varían en los diferentes países, pero los principales coinciden, y desde la UEMO exponen que las políticas de salud deben estar dirigidas a:

- La prevención y el tratamiento de la infección
- La protección y seguridad de la población
- La protección y seguridad de los profesionales de la salud.

La Coalición Internacional de Autoridades Reguladoras de Medicamentos (ICMRA, por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han desarrollado conjuntamente una declaración para ayudar a los profesionales de la salud a aumentar la confianza en las vacunas Covid-19 y responder preguntas de los pacientes sobre el desarrollo, la revisión regulatoria y el monitoreo de la seguridad de estas vacunas.

"Los últimos meses han evidenciado la importancia de la confianza en las vacunas COVID-19. A medida que continúan desarrollándose campañas de vacunación masiva, ICMRA y OMS reafirman su compromiso de apoyar a los profesionales de la salud y tranquilizar al público de que los procesos regulatorios para la autorización y el monitoreo de seguridad de las vacunas COVID-19 son sólidos y están impulsados por las necesidades de los pacientes", ha dicho el presidente de ICMRA y director ejecutivo de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), Emer Cooke.
 
En su declaración conjunta, los reguladores internacionales y la OMS reiteran que las vacunas COVID-19 se someten a una "extensa" evaluación científica para determinar su seguridad, eficacia y calidad. También explican las medidas implementadas para permitir a los reguladores recopilar datos emergentes sobre la seguridad de las vacunas de una amplia gama de fuentes y tomar medidas regulatorias rápidas para proteger la salud pública cuando sea necesario.

El Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC, por sus siglas en inglés) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha desaconsejado el uso de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por AstraZeneca en personas con historial de síndrome de fuga capilar.

Además, el organismo ha recomendado agregar este síndrome como un nuevo efecto secundario de la vacuna y, además, incluir una advertencia para concienciar sobre este riesgo a los profesionales sanitarios y a los pacientes.
 
Se trata de una rara afección grave que provoca una pérdida de líquido de los vasos sanguíneos pequeños (capilares), lo que provoca hinchazón principalmente en brazos y piernas, presión arterial baja, engrosamiento de la sangre y niveles bajos de albúmina en sangre.
 
La EMA se ha pronunciado así tras analizar seis casos en personas que habían recibido la vacuna de AstraZeneca. La mayoría de los casos ocurrieron en mujeres y dentro de los cuatro días posteriores a la vacunación. Además, tres de los afectados tenían antecedentes de síndrome de extravasación capilar y uno de ellos falleció posteriormente.

FUENTE: medicosypacientes.com

En una resolución aprobada con 355 votos a favor, 263 en contra y 71 abstenciones, la Cámara propone abrir negociaciones para la suspensión temporal del acuerdo sobre patentes en el seno de la OMC, con el fin de ampliar el acceso mundial a los productos médicos relacionados con la COVID 19 y hacer frente a las restricciones de la producción y la escasez de suministro a nivel mundial.

Los acuerdos voluntarios de concesión de licencias (cuando el desarrollador decide a quién y bajo qué condiciones autoriza la utilización de la patente), la transferencia de tecnología y conocimientos técnicos a los países que ya tienen capacidad industrial para la producción de vacunas son, a juicio de los eurodiputados, el principal método para ampliar la producción mundial a largo plazo.
 
Respecto a los problemas de producción, el Parlamento Europeo apuesta por «eliminar rápidamente las barreras a la exportación» y pide a la UE que sustituya su propio mecanismo de autorización de las exportaciones por obligaciones de transparencia. Los eurodiputados apelan a EEUU y el Reino Unido para que «supriman inmediatamente sus prohibiciones a la exportación de vacunas y materias primas necesarias para la producción de vacunas».

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