En 2007 la Organización de Naciones Unidas aprobó el Decreto que establecía el 2 de octubre como el Día de la No Violencia, una triste efeméride que nace con el objetivo de educar y concienciar para que el uso de la violencia nunca sea una opción y lograr así un mundo más tolerante y comprensivo.

Desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos como no puede ser de otra manera, nos sumamos a este día internacional en toda su dimensión, pero con una mayor sensibilidad a la violencia que se ejerce contra nuestros médicos y médicas, que cada año sufren cientos de episodios violentos en sus puestos de trabajo, domicilios o de manera telemática.

Con más de una década de trabajo a sus espaldas, el Observatorio Contra las Agresiones de la OMC ha logrado situar este problema en la agenda pública, implicar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y Administraciones Públicas, lograr que las agresiones a sanitarios se consideren delito de atentado contra la autoridad, ofrecer protección jurídica a los médicos, promover formación específica y ser una herramienta modificadora de las políticas sanitarias, jurídicas y policiales así como un ejemplo de trabajo responsable de los Colegios de Médicos de España por el derecho a un ejercicio profesional de calidad.


Durante esta década, los Colegios de Médicos han registrado más de 5.000 agresiones, una cifra que debería sonrojar a todos y que no refleja la problemática en su dimensión real porque todavía hay agresiones que no se denuncian. Estas 5.000 agresiones, son muchas razones para que desde la corporación médica volvamos a alzar la voz en este día para pedir más conciencia, y para frenar, entre todos, esta lacra que produce heridas profundas en nuestro sistema sanitario.

Cuando se agrede a un sanitario se nos está agrediendo a todos como sociedad, se está lastimando uno de nuestros pilares de cohesión, el Sistema Nacional de Salud. La base de la Medicina y de la atención sanitaria es la relación médico-paciente y la violencia hacia un profesional la destruye por completo. La pandemia ha puesto aún más de manifiesto que los cimientos de nuestro sistema sanitario son sus profesionales, que el modelo no es sostenible y duradero si no “cuidamos de quienes nos cuidan” y este planteamiento es inviable si existe violencia en nuestros hospitales, centros de salud, consultas privadas o donde se produzcan.

Un escenario de desconfianza, exigencia desmedida y agresividad sólo tiene consecuencias perjudiciales para todos: ciudadanos y profesionales. Hacer un uso adecuado de los servicios sanitarios, respetando los derechos y asumiendo los deberes, en un ambiente de mutua cordialidad, confianza y respeto, en aras de la mejora de las relaciones entre ciudadanos y profesionales sanitarios, solo tiene beneficios para nuestro sistema sanitario.

Para abordar la reconstrucción del Sistema Nacional de Salud tras la pandemia, desde el CGCOM creemos imprescindible que cualquier medida que se adopte debe de guiarse por un principio fundamental que es: escuchar a los profesionales y cuidarlos, y por eso no concebimos una Sanidad donde se nos agreda, insulte o amenace.

Finalmente, reivindicamos el desarrollo de un Plan Nacional Contra las Agresiones a Sanitarios en el que participen todos los agentes implicados para promover una sanidad sin violencia que cuide de quién nos cuide, en definitiva, que cuide de todos.

FUENTE: redaccionmedica.com


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