El Dr. Manuel Carmona, representante nacional de Médicos en Ejercicio Privado del CGCOM analiza para Médicos y Pacientes la situación de los médicos autónomos y del ámbito privado a los que “se les ha dejado en la estacada”, una situación crítica provocada por una pandemia que en su opinión “ha mostrado con toda su crudeza en el ámbito privado las miserias de un sistema basado exclusivamente en la rentabilidad económica”.

¿Cómo ha vivido la pandemia como ciudadano y como médico?   

Como ciudadano muy preocupado por las consecuencias sanitarias y económicas que está dejando la pandemia  en nuestro país.  La desastrosa gestión política, con nula preocupación inicial por la prevención y posterior sobreactuación con medidas absurdas, la enorme cifra de fallecidos  y el constante  cierre de empresas son las noticias con las que desayunamos a diario y que lógicamente crean gran preocupación.

Como médico, tras el susto inicial al dispararse los casos y las medidas de confinamiento,   a pesar de que el riesgo de contagio esta presente en cualquier actividad con los pacientes, he intentado que mi labor se viese lo menos afectada posible, tanto en la sanidad pública como en la privada,  adoptando las medidas de protección que se han ido recomendando.  En las semanas iniciales  la actividad  se redujo solo a las urgencias, pero poco a poco hemos ido aumentándola adaptándonos a la nueva situación.


¿Qué lecciones ha sacado del funcionamiento del sistema sanitario durante este año?

La primera, que aunque conocida no la tenía tan dimensionada, es que los criterios políticos priman sobre los sanitarios.  De ahí que no se haya contado para nada con las organizaciones sanitarias de profesionales en la gestión de la pandemia, o  el engendro del real decreto 29/2020 que se impone  de forma apresurada y dictatorial,  sin calibrar sus nefastos efectos en la calidad de la asistencia sanitaria.

Otra es que nuestro supuesto  excelente Sistema Nacional de Salud  ha hecho aguas   al primer envite de la pandemia y  si ha aguantado su derrumbe ha sido por la enorme capacidad de trabajo y entrega de los sanitarios en general y los médicos en particular.   

A nivel privado también se ha dejado ver claramente la despreocupación de las compañías aseguradoras y grupos hospitalarios por los profesionales autónomos. Nos han dejado en la estacada cuando cesó la actividad y pretenden continuar con las mismas condiciones previas a la pandemia aun sabiendo que nos jugamos literalmente la vida a diario con el Covid.

Finalmente me queda la impresión de que no aprendemos de los errores y estamos condenados a repetirlos: Seguimos basando el sistema sanitario público y privado  en el sobreesfuerzo  profesional y económico del personal sanitario…hasta que se rompa la cuerda de tanto tensarla.

¿Qué medidas consideran más urgentes a implementar tras este año?

Romper el divorcio entre política y sanidad abriendo canales de diálogo para la gestión sanitaria con las asociaciones  profesionales  que son las que conocen los problemas reales. No se puede legislar a espaldas a los profesionales.

En cuestiones  más concretas, se debería hacer una planificación a medio y largo plazo de los recursos humanos  necesarios para mantener el sistema sanitario y que se aprobase  de una vez el baremo de daños sanitarios, que lleva muchos años prácticamente ultimado,  pero que por intereses desconocidos ningún gobierno remata.

Finalmente, la pandemia ha puesto de manifiesto una dependencia extrema  del exterior, principalmente China, para proveernos de material sanitario básico, por lo que a nivel nacional o europeo  se  deberían fomentar los recursos propios en estos aspectos.  

¿Cómo afecta la teleasistencia a la relación médico-paciente?

El uso de las nuevas tecnologías puede y debe  contribuir a facilitar esa relación, pero el abuso ha dado lugar  a que esa relación se deteriore. La imposición de la consulta telefónica previa en algunos servicios de salud ha dejado descontentos a médicos y pacientes, para los primeros por sobrecarga de trabajo al tener que  hacer una valoración telefónica previa de todos los casos y después  visitar a los pacientes que considere necesarios, lo que consume doble tiempo del profesional. Para los pacientes por la sensación de no estar atendidos y la generación de listas de espera  que no son asumibles.

También se ha puesto de moda entre las aseguradoras la venta de esta modalidad de atención, que considero inapropiada cuando el médico y el paciente no han mantenido previamente una relación de contacto presencial.  La teleasistencia tiene su indicación en pacientes conocidos para su seguimiento,    pero no como sustituto de la consulta médica.

¿Echan de menos que los profesionales estén más presentes en la toma de decisiones?

Sí y mucho. Me ha parecido bochornoso que no haya habido contactos entre el Ministerio de Sanidad y las principales  organizaciones médicas como OMC y CESM  durante el periodo de pandemia incluso con una convocatoria de huelga a nivel nacional….

Los profesionales son los que realmente saben lo que necesitan para realizar bien su trabajo, y no contar con ellos en la toma de decisiones,  da lugar a la comisión de errores de los que deben ser responsables quienes las tomaron.   Dicen que contaban con ellos, pero no se les ha tenido en cuenta. Como muestra el famoso comité de expertos de la desescalada.

¿Cómo ha afectado esta situación al médico que ejerce en el ámbito privado?

Ya he comentado anteriormente como ante la abrumadora caída de las consultas en los primeros meses de la pandemia, las aseguradoras se han embolsado las primas  sin preocuparles lo más mínimo la situación en que quedaban los profesionales que les han dado soporte asistiendo a las urgencias y patologías no memorables pero sin actividad ordinaria y por tanto sin ingresos.  Es una demostración de lo poco que les importamos y de la que tomamos nota…

Tampoco el aumento del riesgo asistencial generado por el covid ha sido reconocido retributivamente por la mayoría de ellas y algunas han negado autorizar la realización de PCR  solicitados por los médicos a sus asegurados para evitar gastos….

En resumen, se han puesto de manifiesto con toda su crudeza las miserias de un sistema basado exclusivamente en la rentabilidad económica.

¿Cuánto ha caído la actividad de la consulta privada durante la pandemia?

En los primeros meses de confinamiento la caída de la actividad media superaba el 90%, llegando al 100% en algunas especialidades.  Posteriormente nos hemos ido adaptando a la nueva situación y con medidas higiénicas y de seguridad se ha retomado la actividad pero de forma que nunca se podrá alcanzar el nivel inicial debido a la necesidad de mantener esas medidas, aumentando los tiempos entre pacientes  para realizar medidas de desinfección y evitar que se junten en las salas de espera. Es la nueva anormalidad…

FUENTE: medicosypacientes.com


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