Desde la vocalía de Administraciones Públicas del CGCOM, se ha organizado esta jornada con el objetivo de ofrecer a todos los colegiados información de interés y utilidad en referencia a la gestión de estos certificados.

El Certificado Médico de Defunción Electrónico, una iniciativa del CGCOM en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística (INE), dota de mayor agilidad y facilidad a esta gestión para colegiados y ciudadanos, e implica también una actualización inmediata de la información estadística para las Administraciones.
 
Además, permite la gestión de los procedimientos (públicos y privados) de forma segura y eficiente, y supone una garantía de identidad del colegiado que lo firma. También unifica en un solo instrumento la inscripción del fallecimiento en el Registro Civil y la función de cuestionario estadístico necesario para los datos del Movimiento Natural de la Población y de Defunciones según la Causa de Muerte sujetas a la Ley de la Función Estadística Pública.
 
El único requisito para proceder con el Certificado Médico de Defunción Electrónico es la firma electrónica certificada. Cabe recordar al respecto, que el Consejo General de Colegios de Médicos, como entidad legal autorreguladora de la profesión médica cuenta con un sistema de certificación para todos aquellos médicos interesados.

La UEMO adoptó un posicionamiento sobre la evaluación de tecnologías sanitarias enfocado en la actividad de la UEMO dentro de la Red europea para la evaluación de tecnologías sanitarias (EUnetHTA) y el papel de los médicos generales y de familia en la red Health Technology Assessment (HTA).

Al final de la colaboración de la HTA para la regulación europea y antes de la implementación, la UEMO quiso expresar su agradecimiento al trabajo realizado por EUnetHTA y la Comisión Europea. La organización se mostró satisfecha de participar en los debates, un nuevo desafío para una profesión centrada en las relaciones individuales, para enfrentar el impacto de las nuevas tecnologías y los principios de evaluación desde el punto de vista europeo.
 
El proceso de decisión compartida en la práctica general es el momento clave de la HTA en la vida real, cuando los médicos generales y de familia, que son los principales prescriptores, discuten con sus pacientes la mejor opción. Esta decisión compartida tiene lugar en un contexto difícil "agravado por las implicaciones de expectativas de perfecta salud y los efectos de las presiones comerciales multinacionales”.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha señalado que actualmente "no se puede establecer que exista una relación causal entre la aparición de miocarditis o pericarditis y la vacunación" contra la COVID-19.

El Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo (PRAC) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) inició esta evaluación tras conocerse una serie de casos comunicados en Israel. La mayoría de estos casos no fueron graves, se resolvieron en unos días y en su mayoría afectaron a hombres jóvenes (menores de 30 años), comenzando los síntomas unos días después de la administración de la vacuna, casi todos tras recibir la segunda dosis de la vacuna de BioNTech/Pfizer.
 
En los países del Espacio Económico Europeo (EEE) también se han recibido notificaciones de miocarditis y/o pericarditis para las distintas vacunas que se están administrando.
 
Estas patologías se presentan habitualmente en la población general, frecuentemente se relacionan con infecciones previas o con enfermedades inmunes. Su frecuencia de aparición en la población europea se ha estimado en 1 a 10 casos al año por cada 100.000 habitantes. La incidencia de miocarditis y pericarditis en España, estimada a través de los datos del Programa BIFAP, es de 11 casos anuales por cada 100.000 habitantes.

La UEMO ha publicado una declaración a propósito de la Declaración sobre COVID-19 adoptada en la Asamblea General del 11 al 12 de junio de 2020 sobre la necesidad de proteger al personal médico involucrado en la lucha contra la pandemia, así como a los grupos de población en desventaja socioeconómica. Un año después, consideran que se han llevado a cabo muy pocas medidas para reconocer y recompensar el trabajo de los profesionales médicos, sin embargo, una excepción es el reconocimiento de COVID-19 como una enfermedad profesional.

La Unión Europea de Médicos de Familia (UEMO), declara que la pandemia de COVID-19 está causando impactos significativos y daños a la salud pública, las tasas de muerte prematura y la actividad económica tanto de los estados miembros como entre ellos.
 
Las consecuencias de estos impactos varían en los diferentes países, pero los principales coinciden, y desde la UEMO exponen que las políticas de salud deben estar dirigidas a:

- La prevención y el tratamiento de la infección
- La protección y seguridad de la población
- La protección y seguridad de los profesionales de la salud.

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