Médicos del Mundo defendió este miércoles la implicación de los profesores y otros profesionales educativos en la prevención de la mutilación genital femenina, un riesgo que en la actualidad corren 18.000 niñas y mujeres en España, según la organización

Con motivo del Día Mundial contra la Mutilación Genital Femenina, que se celebra hoy 6 de febrero, la ONG pide ampliar el protocolo estatal al ámbito educativo, como ya han hecho algunas normativas autonómicas. En españa, hay unas 55.000 mujeres procedentes de países donde esta práctica es habitual, por lo que la organización recordó que el mayor riesgo para las niñas se produce cuando vuelven a sus países de origen por vacaciones.
 
Según la ONG, en el abordaje de la mutilación la mejor estrategia a seguir es la coordinación y las propuestas conjuntas entre los sectores sanitario, educativo y social. Señala que hasta ahora, el foco principal de lucha contra la mutilación se ha centrado en el ámbito sanitario, al ser donde se identifican las niñas y mujeres que la han sufrido.


Sin embargo, resulta fundamental la coordinación interdisciplinar con el resto de recursos sociales y educativos, que suelen ser la vía por la que se detectan los casos de riesgo y son imprescindibles en el apoyo a mujeres o niñas que ya han sido víctimas.
 
Ejemplo de ello es el pueblo de Recas, en Toledo, conocida como la pequeña Malí. En esta localidad, 600 de sus poco más de 4.000 habitantes son malienses, y colegios, centros de salud y familias están volcados en prevenir la mutilación genital.
 
El proyecto lo lidera Médicos del Mundo, que lleva años con iniciativas similares en muchas ciudades españolas, y cuenta con la colaboración decisiva de mediadoras de las propias comunidades africanas.
 
Una intervención estándar podría empezar con una inocente pregunta de una profesora del colegio César Cabañas a sus alumnos: "¿Qué vais a hacer estas vacaciones?”. En ese preciso momento, se activa todo un protocolo coordinado que requiere la involucración de muchas personas.
 
La profesora comunica la información a la orientadora y al director del centro, que citan a la familia de la menor para corroborar la información y explicar el proceso por el que tienen que pasar antes y después del viaje. Según detallan, los progenitores deben acudir al centro de salud y firmar un documento preventivo en el que se comprometen a no mutilar a su hija y, al regreso del viaje, permitir que la pediatra revise a la menor para comprobar que no ha sufrido la mutilación.
 
“En este compromiso preventivo les informamos de los riesgos que puede tener en su hija una actuación así, las consecuencias psicológicas y para la salud y lo que puede conllevar jurídicamente: es un delito de lesiones y se le puede quitar la patria potestad a la familia”, explicó Gonzalo Ballesteros, director de este colegio público de Recas que se ha volcado al cien por cien con la problemática.
 
En el mundo hay 200 millones de mujeres y niñas que han sufrido mutilación en la treintena de países en los que sigue vigente (44 millones son menores de 14 años) y cada año hay tres millones de niñas en riesgo de sufrirla. Según datos del Parlamento Europeo, en la UE hay medio millón de mujeres que han sido víctimas y 180.000 niñas están en riesgo.

FUENTE: medicosypacientes.com


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