La VI Jornada Europea, organizada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), analizó los retos de futuro de la inmigración y Salud Pública en la Unión Europea, donde quedó reflejado que el cambio climático y la carencia de estructuras sanitarias potencian la expansión de las enfermedades tropicales.

En la mesa redonda, que estuvo moderada por el Dr. Tomás Cobo, vicepresidente primero del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), intervinieron la Dra. Carmen María Moreno, coordinadora sanitaria de la ERIE de Cruz Roja Española; Dr. Guillermo Vázquez, cooperante especialista en Medicina Interna y Medicina Intensiva; Dr. Enrique Roviralta, presidente del Colegio de Médicos de Ceuta; y Dr. José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada.

La Dra. Moreno señaló que la situación de inmigración actual empezó a detectarse en las playas de Tarifa a principios de los años 90. Fue en 2003 cuando la Cruz Roja firmó un convenio de colaboración con el Gobierno y en 2004 se atendieron a 13.000 personas, manteniéndose esa cifra con excepción de 2006 que se atendieron a 37.000 personas en las costas de Almería, Cádiz, Motril, Málaga, Canarias, Alicante y Cartagena.


Explicó que los ERIEs son equipos de respuesta inmediata a emergencias formados por personal técnico y voluntario especializados en un área concreta, en este caso la atención integral a inmigrantes llegados a las costas, que por lo general llegan con buena salud y “sólo el 5% necesita atención sanitaria derivada de la travesía”.

Estos equipos tratan de asegurar una respuesta en la atención de necesidades de salud de los migrantes, valoran las necesidades de salud en una primera intervención y si precisan de asistencia una sanitaria continuada, detectan casos de urgencia en los que se requiera una derivación a centro sanitario inmediata, valoran posibles casos de enfermedades de declaración obligatoria para alertar a las autoridades, fortalecen la capacidad de acción y reacción del personal voluntario y proporcionan una respuesta eficaz y organizada.

Dr. Vázquez: “Cuando la población subsahariana llega a España tiene como norma un buen estado de salud”

El Dr. Vázquez argumentó que “esta población subsahariana, cuando llega a España, tiene como norma un buen estado de salud. En relación a las enfermedades tropicales importadas, el largo periplo que hasta hace poco tenían que realizar para llegar hasta España hacia que la mayor parte de las enfermedades agudas tropicales estuvieran superadas, como por ejemplo la malaria y las enfermedades tropicales en fases avanzadas impiden realizar el viaje.  Pero sí que se pueden detectar en enfermedades en fase silente y que se encuentran también entre nosotros, como la hepatitis B y el VIH”.

También expuso que los vuelos transoceánicos que conectan la Unión Europea con todos los continentes, permiten que en un plazo de horas, enfermedades tropicales activas o en incubación lleguen a nuestro suelo. “El ejemplo más conocido es la malaria grave adquirida en África. Si se tiene en cuenta que el volumen de turistas que acude a África supera actualmente los 80 millones anuales de personas, es fácil percibir la magnitud del riesgo que esto supone”, señaló.

El Dr. Vázquez argumentó que “paralelamente a los movimientos   de población, con el cambio climático se asiste a una expansión de determinados vectores y las enfermedades que asocian. Esto se está viendo con la malaria”. Además, añadió que “la sobrepoblación constituirá un estímulo muy potente para la inmigración especialmente hacia Europa y es posible que, de ser una inmigración marginal en el cómputo total en Andalucía, se convierta en la más importante de todas”. 

Por otro lado, resaltó que “la cobertura sanitaria es uno de los factores que ayudan a fijar la población y evitar su inmigración. Su carencia en África Subsahariana es otra de los motores que cada vez adquiere mayor fuerza en las motivaciones de la inmigración”.  

El Dr. Roviralta explicó la situación de Ceuta

El Dr. Roviralta comentó que el fenómeno de la inmigración llegó a Ceuta un poco antes, a mediados de los años 80, aunque el episodio que marcó el devenir fue en 1995, cuando se vivió una batalla campal en el centro de la ciudad autónoma. Después de este suceso, llevaron a los inmigrantes en situación irregular hacia las afueras y se construyó una valla en la que se han invertido más de 60 millones de euros.

Dada la singularidad geoestratégica como frontera sur de Europa y por acumular una dilatada experiencia en este campo, Ceuta y Melilla como otros territorios europeos aporta una gran experiencia en la sensibilización a los profesionales de la salud especialmente a los médicos que trabajan en los CETI (Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes), establecimientos únicos en Europa, así como el de los MENA (Menores No Acompañados), dado que en su día a día están en contacto con los migrantes.

El Dr. Roviralta expuso que el objetivo los objetivos sanitarios del CETI son “garantizar la asistencia sanitaria al colectivo de inmigrantes de Ceuta, ofrecer las prestaciones sanitarias básicas y actuar como “filtro” de derivación a los servicios de la Ciudad”.

Dr. Lorente: “Es más fácil traficar con personas que con drogas”

La inmigración se ha duplicado en los últimos 35 años. La gravedad de esta situación es, sin duda, todavía más acuciante cuando este tráfico humano afecta al menor y se convierte en explotación infantil, sexual y en esclavitud.

El Dr. Lorente expuso que “el diagnóstico está claro y consensuado” y manifestó que el tráfico ilegal de órganos, al igual que la trata de seres humanos, la explotación delictiva de los mismos y el tráfico de menores es un problema global, continental y sigue las rutas similares que utilizan las mafias de la trata y el tráfico de personas dentro de la inmigración. Una buena parte de los desaparecidos son usados para el tráfico de órganos y alertó que “es más fácil traficar con personas que con drogas”

Asimismo, recalcó el rol que debe adoptar el médico en este terreno: “ser consciente, conocer el problema; registrar adecuadamente los datos, informar a las familias (en adopciones), denunciar los casos sospechosos, apoyar a las víctimas y generar confianza”.

En este sentido, concluyó que la medicina puede aportar tecnología preventiva y confianza social en la lucha contra la trata de personas. El programa DNA-Prokids para identificar niños desaparecidos y DNA-Proorgan para luchar contra el tráfico ilícito de órganos, son dos excelentes muestras de iniciativas para identificarlos.
 
FUENTE: medicosypacientes.com


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