El impacto de la COVID-19 en otras enfermedades como por ejemplo la tuberculosis está siendo muy negativo. Algo que a priori podría parecernos una obviedad requiere algo más que nuestra atención, según los ponentes de la 9ª Jornada de Actualización en Tuberculosis que concluía el pasado 22 de abril, a falta solo del encuentro de debate y conclusión que se celebrará la primera semana de mayo.

Así lo describía por ejemplo el doctor José Caminero, neumólogo del Hospital Dr. Negrín, responsable de su Unidad de Tuberculosis y otras Micobaceriosis: “un 28 % de los casos de TB que se estiman en el mundo no está siendo diagnosticado”, cifra que el epidemiólogo Joan Artur Caylà, presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona, apuntaba a 50 y 80% en algunos países. Ambos expertos coincidieron en señalar el retroceso que eso supone en cuanto al objetivo de frenar a la tuberculosis: “en cuanto a resultados, hemos perdido una década”, se lamentó Caminero describiendo la perspectiva mundial, mientras que Caylà señaló que “en España podríamos decir que volvemos a cifras muy parecidas a las del 2015”.
 
Ambas epidemias son las  que más muertes han causado a la humanidad: la tuberculosis, la más antigua que afecta a la especie humana, la primera en enfermos y muertes, tan solo desbancada en el 2020 por la COVID-19. “En el 2020”, exponía Caylà, “porque de continuar el infradiagnóstico de la tuberculosis al final estarán equiparadas. Quizás la diferencia, como reflejó Caminero en su ponencia, es que la COVID-19 produce más muertes en los países ricos, mientras que la tuberculosis siga más vidas en los países pobres.


En este sentido la 9ª Jornada de Actualización de la Red TBS-Stop Epidemias ha vuelto a incidir en la necesidad de la solidaridad, como destacaba otro de sus ponentes, Juan Jesús Hernández, responsable del Plan de Salud de Cruz Roja Española, “esta situación tan complicada ha sacado lo mejor de mucha gente”, como demuestra el hecho que esta entidad haya tenido más de 50.000 nuevos voluntarios, “es un canto a la esperanza” concluía.
 
¿Cómo mejorar esta situación?
 
El doctor Caylà lo tuvo claro: en el futuro “será determinante si somos capaces de mejorar la prevención y control de la COVID-19 y si conseguimos alcanzar la inmunidad de grupo a corto plazo”. Y para este experto esa mejora pasa sin dudarlo por: un diagnóstico precoz; mejora del tratamiento (aislamientos, cuarentenas); mejor vigilancia epidemiológica (no solo con el convencional estudio de contactos sino también aplicando la epidemiología molecular que permita detectar las cepas idénticas) y conseguir rápidamente una elevada cobertura vacunal.
 
Según este experto “la sindemia tuberculosis y covid-19 está siendo un desastre” y “tenemos covid para rato, para años” por lo que” hay que invertir, actuar y evaluar… porque un programa que no se evalúa es un programa que no existe”.
 
La Jornada no podía concluir sin la ya tradicional entrega de los premios de esta entidad, creados para reconocer el esfuerzo y dedicación de los profesionales que ejercen con compromiso y valores. Los comités de la Red TBS –Stop Epidemias han fallado premiar este año a:
 
Rosa María Calaf Solé: Premio Comunicación Consciente por su buen hacer y compromiso social a lo largo de toda su carrera profesional, en la que ha primado el rigor profesional. Sensibilidad, ética y valores que contribuyen a la mejora del concierto social.
 
Santi Palacios: Premio Compromiso Social en reconocimiento a su esfuerzo por reflejar las tragedias humanas de nuestra sociedad y motivarnos con ello a tener una conciencia del prójimo más cercana, actual, imborrable e incuestionable.
 
José Carlos Bermejo Higuera: Premio Compromiso Solidario en reconocimiento a su trabajo y dedicación por la atención de los cuidados paliativos en la vejez y por su prédica por la dignificación del duelo como expresión solidaria y humanista.
 
Jonathan McFarland: Premio Labor Humanitaria en reconocimiento a su iniciativa internacional The Doctor as an Humanist con la que pretende contribuir a que nos identifiquemos con el alma de la Medicina y propiciemos el incluir las humanidades en ella como parte intrínseca del currículo médico.
 
Carmen Martín Sellán: Premio Trayectoria y Mérito, por su ética personal, y compromiso asistencial y docente durante el ejercicio de su profesión que es ejemplo de rigor y pasión por la vocación enfermera.

FUENTE: medicosypacientes.com


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