Las causas más comunes son los accidentes laborales y, las intervenciones más frecuentes, reimplantes digitales, sobre todo, del pulgar.

Un accidente en el lugar de trabajo, un siniestro en carretera o ser víctima de un delito violento son algunas de las causas que llevan a cientos de pacientes cada año en España a sufrir una amputación tener que recurrir a una intervención de reimplante de miembros o revascularización, una intervención para restablecer el flujo sanguíneo en lesiones con vasos cortados.
 
También hay amputaciones provocadas por otras causas, como quemaduras, otros accidentes o tumores, que, en ocasiones excepcionales, son tratadas con trasplantes de tejidos compuestos, un campo en el que España tiene una importante experiencia. Ante la próxima celebración del Día Nacional del Trasplante, la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), recuerda que, además de ser una potencia en donación y trasplantes de órganos, España cuenta con cirujanos plásticos de prestigio internacional en el campo de los trasplantes de tejidos y reimplantes.
 
La Dra. Elena Ruiz es especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética del Hospital Universitario de Burgos, que está acreditado por el Ministerio de Sanidad como CSUR (Centros, Servicios y Unidades de Referencia) en Reimplantes y Mano Catastrófica. En su unidad llevan a cabo “alrededor de 50 o 60 reimplantes y revascularizaciones al año”, por lo que calcula que en España se realizan más de 250 de estas intervenciones.


Entre ellos, “los procedimientos más frecuentes son los de miembro superior, sobre todo, los reimplantes digitales y, fundamentalmente, los de pulgar”. Sin embargo, en esta unidad de referencia han hecho frente a reimplantes mucho más infrecuentes “como los de oreja, cuero cabelludo o pene”, explica la Dra. Ruiz. En todos los casos, la cirugía reconstructiva resulta clave, pues “la amputación crea una discapacidad en el paciente que repercute, no sólo en su actividad laboral habitual, sino también en su vida cotidiana”.
 
La Dra. Ruiz asegura que muchos de los accidentes que dan lugar a estas intervenciones “se producen en el medio laboral, por lo que afectan menos a la población infantojuvenil”. En efecto, de acuerdo con datos del Ministerio de Sanidad, la prevalencia aproximada de estos accidentes está en torno a cinco casos por millón de población activa, por lo que, en España se registrarían alrededor de 115 casos vinculados accidentes de trabajo.
 
Recomendaciones para facilitar el reimplante
 
En estos casos, la SECPRE ofrece unas pautas para favorecer el reimplante tras un accidente que implique dedos, manos o brazos seccionados: limpiar la pieza con suero o agua abundante, envolverla en una tela limpia y húmeda e introducirla en un recipiente, como una bolsa, que luego pueda meterse en otro con agua fría o hielo, y enviarla con rapidez a un centro sanitario. Aplicar hielo directamente está contraindicado, pues puede provocar quemaduras que impidan el reimplante.
 
En los casos en que no es posible realizar el reimplante, una alternativa son los trasplantes de tejidos compuestos, como los de manos o brazos, que se llevan a cabo a cargo de equipos multidisciplinares liderados por cirujanos plásticos reparadores. Se trata, no obstante, de intervenciones de extraordinaria complejidad que sólo se contemplan en casos excepcionales, como una gran discapacidad y dependencia, provocada, por ejemplo, por dobles amputaciones. La Dra. Ruiz señala que estas intervenciones “vivieron un boom hace unos 10 años, cuando se realizaron varios en centros españoles, pero, en la actualidad, estos procedimientos no se realizan con mucha frecuencia”. El motivo es “la necesidad de asociar un tratamiento inmunosupresor de por vida, con los efectos secundarios que esto conlleva”, explica.
 
En todos los casos, reimplantes y trasplantes de tejidos, los cirujanos plásticos reparadores deben reconstruir lesiones muy complejas en las que se ven afectados tanto huesos y tendones como piel, nervios y vasos sanguíneos, aplicando diferentes técnicas quirúrgicas y microquirúrgicas, bajo el microscopio, sobre todo para la unión de vasos sanguíneos. Por ello, la SECPRE recuerda que estas intervenciones siempre deben llevarse a cabo bajo la dirección de un cirujano plástico reparador especialista. “Para desarrollarse de manera exitosa, estas operaciones precisan de un vasto conocimiento en microcirugía, en anatomía y en funcionalidad de las diferentes partes del cuerpo. La especialidad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética es la que aúna todos estos conocimientos”, asegura la Dra. Ruiz.

FUENTE: medicosypacientes.com