La vacunación de niños sólo se podrá llevar a cabo una vez analizados los resultados de los ensayos clínicos de las vacunas con población pediátrica. Los pediatras pueden jugar un papel clave al emplear su experiencia para realizar una excelente labor de recomendación de la vacuna frente al COVID-19. La revista Pediatría Integral de la SEPEAP acaba de publicar un número especial dedicado a las vacunas.

Las vacunas son un componente central de los programas de salud pública en todo el mundo. Son junto al tratamiento de las aguas de consumo y el uso generalizado y racional de los antibióticos, la intervención sanitaria que más enfermedad y muertes ha evitado.
 
El año 2020, el primero de la pandemia COVID-19, ha puesto en marcha un esfuerzo sin precedentes en la búsqueda de una vacuna frente al SARS-CoV-2. Se ha iniciado el desarrollo de más de 250 candidatos vacunales, de los cuales tres ya han sido aprobadas por las agencias reguladoras europeas (BioNTech / Pfizer, Moderna y AstraZeneca).


Las estrategias para desarrollarlas son variadas, algunas vacunas han optado por un enfoque clásico como las vacunas de: virus vivos atenuados, virus inactivados o de subunidades virales. En otros casos, se han empleado estrategias más novedosas, como las vacunas de ARNm y el uso de vectores virales. Entre las vacunas más destacadas están las de Moderna y Pfizer, ambas de ARNm; las vacunas de Astra Zeneca y del instituto de investigación de Gamaleya de vectores virales; la vacuna de Sinovac, de virus inactivados; y la de Novavax de subunidades. Todas estas vacunas utilizan como antígeno la proteína espicular (Spike [S]) del coronavirus.

No disponemos de información en embarazadas y niños, si bien se acordó con las autoridades reguladoras, la realización de estudios específicos en estas poblaciones una vez se dispusiese de datos de seguridad y eficacia en la población adulta. En estos momentos, se están poniendo en marcha los estudios de mujeres embarazadas y adolescentes, y los pediátricos previsiblemente se inicien en la primavera de 2021.
 
Dado que en estos momentos aún no se han realizado ensayos clínicos en población pediátrica de las vacunas frente a SARS-CoV-2 y que los pacientes pediátricos sanos no presentan complicaciones graves por COVID-19 con tanta frecuencia como los adultos, la población pediátrica no es un grupo prioritario de vacunación. Sin embargo, los pediatras si que pueden aportar su gran experiencia y su papel como expertos vacunales para animar a las familias de sus pacientes a recibir la vacuna y resolver las dudas de sus compañeros de Atención Primaria y de la población general.
 
“La clave para la eficiencia de estas vacunas radicará en la aportación de la información adecuada de la población. Sin ser obligatorias y sin ninguna medida coactiva, nuestro país tiene tasas de cobertura vacunal entre las más altas a nivel mundial” afirma Venancio Martínez Suárez, Coordinador del Grupo de Investigación de la SEPEAP y pediatra en Gijón.
 
Obtener productos seguros y eficaces, comunicar los resultados de forma que puedan ser analizados, impulsar campañas de información veraces que lleguen a la población, serán siempre formas más rentables de lograr buenas coberturas vacunales que las medidas coercitivas y la obligatoriedad.
 
La revista Pediatría Integral ha publicado recientemente un número especial sobre vacunas en el que además de la vacuna sobre la COVID.19 se detallan las peculiaridades de las enfermedades inmunoprevenibles más frecuentes y los distintos calendarios y protocolos de vacunación para la infancia.

FUENTE: medicosypacientes.com