El Dr. Hermenegildo Marcos, representante nacional de Atención Primaria Rural del Consejo General Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), analiza en este artículo de opinión, del Blog AP25, la situación de la Atención Primaria en España.

Dr. Hermenegildo Marcos, representante nacional de Atención Primaria Rural del Consejo General Colegios Oficiales de Médicos
 
Supongamos, por ejemplo, que viajamos hasta el cráter del volcán Nyragongo, en la República Democrática del Congo, en pleno ecuador de la tierra. En una noche estrellada hemos perdido la referencia de la Estrella Polar y apenas alcanzamos a ver la Cruz de Sur. Esta es la sensación que tengo cuando miro 5 años atrás a marzo de 2016, cuando comenzamos AP25 e intento vislumbrar, en plena pandemia por la Covid-19, como será nuestro ejercicio de la medicina de AP dentro de unos 5 años, a finales de 2025, con escasos y difusos puntos de referencia.
 
Cráter del volcán Nyiragongo, en la República Democrática del Congo
 
Durante estos años hemos recorrido un camino fructífero y esperanzador, hemos elaborado un texto de reflexión, abierto y en actualización permanente, publicamos de forma periódica un blog  donde exponemos nuestro punto de vista y analizamos nuestra situación actual, hemos creado un foro de encuentro con las “Jornadas AP25” donde han participado voces importantes en el ámbito sanitario y, por último, hemos llevado nuestra voz a los principales partidos políticos, consejerías de salud, ayuntamientos y al Congreso de los Diputados.

La situación actual nos ha obligado a hacer un alto, modificar la forma de trabajar y replantearnos nuestro ejercicio profesional.
En la segunda parte de nuestra andadura, AP25 debe establecer nuevos retos y metas, intentar abrir caminos o por lo menos contribuir a marcar la dirección que debe seguir la Atención Primaria, teniendo presente los cambios que nos ha obligado introducir esta pandemia.
 
Creo que desde AP25 debemos contribuir a establecer parámetros para una mejor autogestión tanto de nuestras propias agendas, como de los recursos que disponemos, que deben ser todos los que existan en el área de salud donde nos encontremos. Nos hará más resolutivos y disminuirá el tiempo entre la primera consulta y la instauración del tratamiento adecuado, así como evitará desplazamientos inútiles a los pacientes.
 
Las demandas sociales y la progresiva incorporación de las actuales y futuras tecnologías a nuestro quehacer diario exigen una regulación clara por parte de los poderes políticos e instituciones involucradas y una formación deontológica de los profesionales para solventar los conflictos que, previsiblemente, irán en aumento.
 
En cuanto a la relación con el hospital, al igual que, recientemente, el SERGAS ha creado la categoría de personal médico de hospitalización a domicilio, dependiente del hospital, se deben buscar fórmulas para que el médico de Atención Primaria tenga una mayor presencia en los centros hospitalarios en relación con el control y tomas de decisiones que afecten a sus propios pacientes.
 
Finalmente es necesario conocer la situación actual de la presencia de la Medicina de Familia y Pediatría de Atención Primaria en las facultades de Medicina, para hacer visible esta forma de ejercer la medicina en los planes de estudio y entre los estudiantes, así como se debe favorecer la presencia de profesores vinculados permanentes que vengan de la AP.
 
Para todo ello son necesarias las políticas de personal y condiciones de trabajo que venimos denunciando y reclamando desde ya hace varios años.
 
A corto plazo, en la próxima tercera edición de AP25, además de revisar y actualizar la edición anterior, se incorporarán nuevos temas como salud pública y medicina comunitaria, pediatría en AP y un capítulo dedicado al ejercicio del médico de Atención Primaria en las diferentes Administraciones Públicas.
 
Por supuesto que el trabajo de AP25 no tendría repercusión sin la presentación, discusión y colaboración con los organismos e instituciones que tengan relación con la AP. Nos esperan nuevos retos y cambios sociosanitarios, a los que la AP con su capacidad de adaptación y flexibilidad hará frente con éxito, pero es imprescindible que la voz de sus profesionales sea escuchada y tenida en consideración.

FUENTE: medicosypacientes.com