El presidente de la Organización Médica Colegial (OMC) y vicepresidente de Unión Profesional , Dr. Serafín Romero, participó en una mesa dedicada a la Validación Periódica de la Colegiación, en el marco del I Congreso Nacional de Profesiones, organizado por el colectivo de los profesionales, en la que expuso que “desde Unión Profesional, todas las profesiones unidas, debemos hacer valer el cumplimiento del Código Deontológico, el liderazgo de la seguridad, la validación periódica de la colegiación y la capacidad de autorregulación"

Además del presidente de la OMC, en la mesa, que estuvo moderada por Juan Carlos Estévez, secretario general de Unión Profesional y presidente del Consejo General de Procuradores, intervinieron Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Ópticos y Optometristas: Juan José Badiola, presidente del Consejo General de Veterinarios; y como relator actuó Óscar Castro, presidente del Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos.

El presidente de la OMC destacó que “muchas profesiones estaban antes que los políticos, que las Administraciones y que la Unión Europea y sus leyes”. Manifestó que “desde el principio de los tiempos ha existido la necesidad de pedir ayuda y ahí emergió la figura del sanador, que se convirtió en una persona diferente que, con el desarrollo del conocimiento y el paso del tiempo, tuvo que adaptarse a las mejoras técnicas y a mayores riesgos”.

El Dr. Romero explicó que “de la fractura entre el ciudadano y el sanador, en la que intervinieron agentes que no tenían esas competencias, y como garantía para la sociedad y su seguridad nacieron las profesiones y su representación”. Asimismo, señaló los profesionales deben tener la autonomía necesaria para “cumplir con lo que tienen que hacer, saber quién debe llevarlo a cabo y respetar las normas deontológicas”.

Además, comentó que la profesión médica ha sido la única que ha reconocido que sus profesionales también pueden ser un riesgo para los ciudadanos y “por eso se puso en marcha un plan de actuación que tiene como finalidad recuperar al profesional y, por encima de todo, potencia la intención de no hacer daño, y que el paciente tenga la garantía de que quién le atiende se encuentra en las mejores condiciones”.

Así surgió el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo  (PAIME), un programa de los colegios de médicos y coordinado por la Fundación para la Protección Social de la OMC (FPSOMC), orientado al tratamiento y la recuperación de facultativos que padecen problemas psíquicos y/o conductas adictivas al alcohol y/o a otras drogas, incluidos psicofármacos, que pueden interferir en su práctica profesional, con el objetivo de asegurar su retorno al ejercicio de la Medicina en óptimas condiciones y garantizar una asistencia de calidad y segura a los pacientes.

Para evitar la ruptura del contrato social con la sociedad, “la OMC planteó redefinir el profesionalismo, como conjunto de compromisos  éticos y deontológicos que están al servicio de los ciudadanos “. En este punto, aclaró que estos valores éticos se componen de “beneficencia, justicia social, autonomía y no maleficencia”.

El presidente de la OMC subrayó que el Código Deontológico de los médicos recoge que errar es humano “y estos principios nos han llevado a la necesidad de validar periódicamente la colegiación, que consiste en renovar la licencia para que un facultativo pueda ejercer”. 

El Dr. Romero defendió el papel que tienen los Colegios de Médicos “como aval que la propia norma exige para poder ejercer”. Por este motivo subrayó su relevancia a la hora de validar “si el profesional está en ejercicio, que tiene en su posesión la especialidad, que está sano y que no tienen abierto ningún expediente deontológico”. Concluyó que el Desarrollo Profesional Continuo establece si el profesional es competente e incidió en que “hay que validar porque la colegiación es obligatoria”.  

Por su parte, Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Ópticos y Optometristas,  expuso que “no es aceptable que 30 años después de salir de la Universidad los profesionales ejerzan sin garantizar sus conocimientos, por eso también planteamos la VPC, como proceso de control de calidad y actualización permanente”. También insistió en la idea de que “no esperemos a que la Administración venga  a hacerlo”.

Por último, Juan José Badiola, presidente del Consejo General de Veterinarios, comentó que “la validación equivale a garantizar la calidad de nuestros actuaciones para que el ciudadano sepa que estamos cualificados, porque la conocimientos cambian y no basta con lo que se aprende en la universidad”.

FUENTE: medicosypacientes.com


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