El presidente de la OMC, Dr. Serafin Romero, ha asegurado que, pese a la crisis económica, el aumento de la oferta médico-sanitaria, el incremento de la demanda de los pacientes, los efectos del envejecimiento y el descontento de los profesionales, en España, “la profesión médica sabe hacia dónde va”

Para él, los retos que presenta tienen su respuesta -al margen de decisiones políticas sobre la financiación y las reformas necesarias del Sistema Nacional de Salud- en el llamado “profesionalismo médico”, ideario de la corporación médica que responde al “conjunto de principios éticos y deontológicos, valores y conductas que sustentan el compromiso de los profesionales de la medicina con el servicio a los ciudadanos, que evolucionan con los cambios sociales y avalan la confianza que la población tiene en los médicos”.
 
Así lo puso de manifiesto en la Conferencia magistral inaugural “La profesión médica hoy. Mirando al futuro” que pronunció con motivo de la inauguración del Curso Académico 2017/18 en el Colegio de Médicos de Sevilla. El acto estuvo presidido por los doctores Juan Bautista Alcañiz, presidente de la corporación, Juan Manuel Contreras, secretario, y Juan Ramón La Calle, Decano de la Facultad de Medicina de Sevilla. Asistieron profesores y autoridades académicas, miembros del equipo directivo de la OMC, doctores Javier Font, Juan Manuel Garrote y Jerónimo Fernández Torrente, así como la Junta Directiva del colegio.


El Dr. Serafin Romero expresó cierto “pudor” por el hecho de hablar de la profesión médica ante los profesores que han terminado su periodo docente en la Facultad de Medicina de Sevilla -doctores Eduardo Esteban, Rogelio Garrido, Miguel Angel Muniain y Diego Salas-, a quienes se les hizo un reconocimiento, y a los que “han sido nuestros maestros”, en especial, ante el Dr. Hugo Galera, de quien el Dr. Romero recibió su primera lección.

Tras poner de manifiesto los principios y compromisos del profesionalismo médico, el Dr. Romero hizo algunas consideraciones sobre algunos hechos que condicionan el ejercicio de la medicina de hoy que, en su opinión, son entre otros, la crisis económico financiera que hace que “el Estado del Bienestar esté como está” y aseguró que si sigue bajando el presupuesto dedicado a sanidad al 5,8 % del PIB para 2018 “no vamos a poder seguir manteniendo los resultados del SNS”.
 
Aludió también a lo que supone el alto precio de la tecnología y la innovación que, en ocasiones plantea “una crisis del propio Sistema” cuando hay que hacer frente, por ejemplo, a un medicamento como el de la Hepatitis C, que ha demostrado su efectividad en términos de curaciones, con lo que conlleva, y que generó un coste de 1.000 millones de euros en 2016. Igualmente al aumento de la demanda sanitaria con un paciente cada vez más informado y mayores expectativas, que hace que el médico acabe “desempeñando, a veces, un papel de técnico al servicio de las instituciones sanitarias para satisfacer las demandas de una población hiperprotegida” y señaló que “en la mayor parte de los casos, la gente acude a urgencias y consultas por miedo y soledad”.   
 
El cambio demográfico y el incremento de la esperanza de vida, conlleva una nueva tipología asistencial, donde los pacientes son mayores, plurimedicados y pluripatológicos, en muchos casos viven solos y a veces  tienen trastornos cognitivos, y para los cuales aún seguimos utilizando un ejercicio asistencial de agudos sin ninguna interrelación con el entorno social y familiar.
 
Habló de la “medicalización de los conflictos”, la “salud como producto de consumo” y, en especial, las condiciones laborales del médico, que han llevado -afirmó- a un “gran descontento o desmotivación de los profesionales”. Ante esta situación, defendió, en primer lugar, la necesidad de “intervenir más en el diseño de la política educativa” para que “el ideario profesional forme parte del bagaje formativo” y recoja, además de la formación especializada, “habilidades, actitudes y valores”.
 
Para el Dr. Romero, es preciso intervenir en el diseño de la política demográfica y seguir valorando el númerus clausus para evitar que el sistema no pueda formar a un número superior de licenciados en Medicina que los que pueda formar como especialistas. “Si salen de las facultades más de 7.000 y solo hay poco más de 6.500 plazas, estamos empezando a tener problemas que nos recuerdan tiempos pasados de no grato recuerdo”, afirmó.

Actualizar y difundir el Código de Deontología Médica es otro de los retos de la profesión. “Tenemos que seguir hablando de vocación, altruismo, integridad, responsabilidad, compromiso, compasión”, pero, en su opinión, hay que revisar algunos aspectos como el comportamiento de los médicos en redes sociales o la gestación por sustitución, etc. que han incidido de lleno y son plena realidad en la actualidad.
 
Promover la excelencia a través de la Validación Periódica de la Colegiación, una credencial que ya han renovado en el caso del COM Sevilla más de 2.000 médicos, así como el desarrollo profesional continuo a través de la recertificación por parte de las Sociedades Científicas es “un reto que tenemos que alcanzar” para dar respuesta a la Directiva de Cualificaciones Profesionales Europea.
 
Para el presidente de la OMC, es preciso reivindicar el ideario profesional en las entidades empleadoras, tanto del ámbito público como en el privado, “asumiendo nuestro liderazgo” y comprometerse con la gestión clínica y la gestión de los recursos, así como fomentar los comités de ética.
 
También hizo referencia a la “necesidad de adaptar las estructuras de las organizaciones profesionales” para llevar a cabo un “buen gobierno”, profesionalizando la gestión colegial y fomentando la participación de los jóvenes y la participación real de la mujer en las instituciones de representación profesional.
 
Habló de ejercer la autorregulación de un modo efectivo, desde la entrada porque “no puede ser que entornos europeos estén exigiendo una serie de requisitos y nosotros no pongamos ninguno, entre ellos, el idioma”. Compromiso con la formación y el desarrollo profesional y aplicación “de verdad” del Código de Deontología, son otros de los retos que señaló. “El Código está para, aquel que no lo haga bien, decírselo y, si además está haciendo mala praxis, sancionarlo”.
 
Finalmente, abogó por establecer un nuevo contrato social y liderar el movimiento en pro de la calidad y la seguridad. “Nosotros mismos -dijo- tenemos que valorar, analizar y evaluar lo que hacemos para evitar, precisamente, que haya riesgo de iatrogenia o riesgo de seguridad para los pacientes”. Defendió la colaboración con las asociaciones de pacientes, además de “reformular” las relaciones con las autoridades sanitarias, “algo más complejo”, así como establecer alianzas estratégicas con los demás agentes sociales.       

FUENTE: medicosypacientes.com


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